viernes, 26 de diciembre de 2008

El daño ya estaría hecho en la diabetes avanzada.


Las medidas intensivas para regular los niveles de glucosa en los hombres con diabetes de larga duración y mal controlada tienen poco efecto sobre las tasas de infarto o accidente cerebrovascular (ACV) y otras complicaciones como las lesiones oculares o la mortalidad.

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Este es el resultado de un estudio publicado esta semana en la edición en internet de New England Journal of Medicine.


Investigaciones previas habían demostrado un beneficio diferido del control intensivo de la glucosa en pacientes jóvenes con diabetes tipo 1, pero estudios más recientes en pacientes mayores con enfermedad más avanzada no detectaron ventajas del tratamiento más agresivo, explicaron los autores.


El trabajo incluyó a 1.791 veteranos del Ejército con diabetes tipo 2 de larga duración y valores altos de A1C, un indicador de los niveles de glucosa en el largo plazo.


Al azar, la mitad recibió un tratamiento intensivo para reducir un 1,5 por ciento el nivel de A1C; el resto recibió el tratamiento habitual.


Durante los 7,5 años que duró el estudio, los niveles promedio de A1C eran del 8,4 por ciento en el grupo bajo tratamiento estándar y del 6,9 por ciento en la cohorte bajo tratamiento intensivo, informó el equipo dirigido por el doctor William Duckworth.


Pero no hubo una diferencia significativa entre los grupos al analizar los resultados primarios, como el tiempo hasta la aparición de un infarto, un ACV, la muerte por causas cardiovasculares, la insuficiencia cardíaca, la enfermedad vascular de resolución quirúrgica, la dolencia coronaria sin solución quirúrgica o la amputación por gangrena.


Asimismo, las tasas de mortalidad y la incidencia de complicaciones graves, alteración renal grave y daño nervioso fueron similares con ambos tratamientos.


"El control glucémico intensivo más precozmente en el desarrollo de la enfermedad daría buenos resultados", sugirió el equipo. Pero para la diabetes avanzada, el tratamiento de la hipertensión, el colesterol elevado y otros factores de riesgo sería el mejor enfoque para reducir la incidencia de muerte y enfermedades asociadas con el corazón.

Fuente: Reuters.

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