viernes, 26 de diciembre de 2008

La sal durante el embarazo

La sal durante el embarazo

La restricción radical de sal sin consejo médico puede provocar niveles bajos de sodio en sangre

La sal está compuesta por dos minerales, el sodio y el cloro, ambos con importantes funciones en la regulación de diversos procesos orgánicos. El sodio regula el equilibrio del agua en el organismo y constituye el 90% del peso total del feto, que oscila entre el 50% y 60% del peso de la mujer embarazada. Es un elemento tan fundamental que el organismo tiene diseñados sistemas específicos para controlar sus niveles orgánicos, y que estos se mantengan en unos niveles saludables. Es el elemento químico cuyo exceso en los líquidos corporales se asocia a retención de líquidos, edemas e hipertensión arterial.

  • Fecha de publicación: 15 de diciembre de 2008

- Imagen: Bianca de Blok -

El metabolismo del sodio se ve alterado durante la gestación, lo que conduce a la aparición de edema, es decir, tiene lugar una retención de líquidos leve. Ésta se da principalmente en las extremidades inferiores a medida que avanza el embarazo, de manera que la hinchazón de las piernas se acentúa durante el último trimestre. En la mayoría de los casos, la retención de líquidos que se da en las piernas durante el embarazo no es algo patológico y no tiene relación con el sodio. Se debe más bien a la presión del útero en crecimiento sobre las venas que retornan el líquido desde las piernas. No debe confundirse con el edema generalizado y patológico que acompaña a la hipertensión inducida por el embarazo, que será diagnosticada y tratada por el médico.

Dieta sin sal: consecuencias

Salvo indicación médica expresa, la reducción de sal durante el embarazo es una opción personal

En el pasado era común la restricción de la sal para las embarazadas con retención de líquidos. Sin embargo, cuando esta retención es moderada se trata de una consecuencia normal del embarazo y no se debe tratar con dietas bajas en sodio. De hecho, hay estudios que tratan sobre la hiponatremia neonatal, niveles bajos de sodio en sangre, que se ha observado en recién nacidos de mujeres que restringen indebidamente el consumo de sal durante el embarazo.

En una revisión de estudios llevada a cabo por Duley y cols y publicada en la Biblioteca Cochrane Plus sobre los cambios en la ingesta de sal de la dieta para la prevención de la preeclampsia y sus complicaciones, los autores afirman que no hay pruebas concluyentes para recomendar sistemáticamente la reducción de la sal durante el embarazo. Tras la revisión de toda la bibliografía referente a este asunto, no se obtienen resultados evidentes de que la reducción de sal repercuta en efectos beneficiosos en la prevención o tratamiento de estos trastornos. Por tanto, los investigadores concluyen que el consumo de sal durante el embarazo debe ser una elección personal, salvo indicación médica expresa.

Para no excederse en el consumo

El cuidado en la adición de sal en las comidas, así como la elección preferente de alimentos frescos y naturales, y la reducción del consumo de procesados generalmente más salados son tres consejos saludables para no excederse en el consumo de sal.

  • En la mesa no hay que añadir más sal a los alimentos si estos ya están cocinados con sal.
  • Utilizar saleros con agujeros pequeños.
  • No abusar de productos salados como aperitivos (patatas, aceitunas o frutos secos), salazones, conservas, embutidos o encurtidos.
  • Eliminar el líquido de los vegetales enlatados y enjuagarlos con agua.
  • No abusar de carnes saladas o ahumadas como la panceta, el tocino.
  • Recordar que el ketchup, la mostaza y otras salsas comerciales ya contienen sal en su composición.
  • Evitar usar condimentos que contengan sal y sustituirlos por hierbas aromáticas, especias como la pimienta, jugo de limón, ajo fresco o polvo de ajo o de cebolla.

HIPERTENSIÓN Y EMBARAZO: PREECLAMPSIA Y ECLAMPSIA


- Imagen: Steve Woods -

La preeclampsia es una hipertensión arterial que se da en el embarazo, sobre todo en madres primerizas o embarazadas mayores. Generalmente este aumento de la tensión arterial aparece poco antes o poco después del parto y se acompaña de la aparición de proteínas en la orina (proteinuria) y de edema, es decir, de retención de líquido que normalmente se manifiesta con hinchazón en cara, manos, pies y tobillos.

La eclampsia es más grave ya que tiene lugar un aumento de la tensión arterial mayor que el que se da en la preclampsia; de 170/100 mm Hg o incluso superior. Esta hipertensión, si no se controla, puede acompañarse de convulsiones y riesgo de accidentes cerebrovasculares durante el embarazo, generalmente a partir del quinto mes. Además, un aumento sostenido de la tensión arterial provoca alteraciones en los vasos sanguíneos que nutren la placenta, por lo que tiene lugar un retraso en el crecimiento del feto, lo que hará que el niño tenga bajo peso al nacer.

Se desconocen las causas de la preeclampsia y eclampsia, si bien se ha observado que su aparición es más frecuente en mujeres de bajo nivel sociocultural y de escasos recursos económicos, en mujeres con escasa atención prenatal y en las que sufren de múltiples carencias nutricionales. Es importante por tanto que la gestante, además de llevar un control médico de su embarazo, conozca también sus necesidades nutricionales específicas y qué selección de alimentos es la más adecuada a su situación personal.

El mejor tratamiento para la preeclampsia es guardar reposo durante el embarazo, e incluso, se suele adelantar el parto. Hace décadas, el tratamiento se centraba en la restricción de sodio de la dieta. Sin embargo, se comprobó que en estos casos las dietas pobres en sodio no tenían efectos sobre los niveles de tensión arterial. En la mayoría de las mujeres, la tensión vuelve a sus valores normales tras el parto.

El daño ya estaría hecho en la diabetes avanzada.


Las medidas intensivas para regular los niveles de glucosa en los hombres con diabetes de larga duración y mal controlada tienen poco efecto sobre las tasas de infarto o accidente cerebrovascular (ACV) y otras complicaciones como las lesiones oculares o la mortalidad.

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Este es el resultado de un estudio publicado esta semana en la edición en internet de New England Journal of Medicine.


Investigaciones previas habían demostrado un beneficio diferido del control intensivo de la glucosa en pacientes jóvenes con diabetes tipo 1, pero estudios más recientes en pacientes mayores con enfermedad más avanzada no detectaron ventajas del tratamiento más agresivo, explicaron los autores.


El trabajo incluyó a 1.791 veteranos del Ejército con diabetes tipo 2 de larga duración y valores altos de A1C, un indicador de los niveles de glucosa en el largo plazo.


Al azar, la mitad recibió un tratamiento intensivo para reducir un 1,5 por ciento el nivel de A1C; el resto recibió el tratamiento habitual.


Durante los 7,5 años que duró el estudio, los niveles promedio de A1C eran del 8,4 por ciento en el grupo bajo tratamiento estándar y del 6,9 por ciento en la cohorte bajo tratamiento intensivo, informó el equipo dirigido por el doctor William Duckworth.


Pero no hubo una diferencia significativa entre los grupos al analizar los resultados primarios, como el tiempo hasta la aparición de un infarto, un ACV, la muerte por causas cardiovasculares, la insuficiencia cardíaca, la enfermedad vascular de resolución quirúrgica, la dolencia coronaria sin solución quirúrgica o la amputación por gangrena.


Asimismo, las tasas de mortalidad y la incidencia de complicaciones graves, alteración renal grave y daño nervioso fueron similares con ambos tratamientos.


"El control glucémico intensivo más precozmente en el desarrollo de la enfermedad daría buenos resultados", sugirió el equipo. Pero para la diabetes avanzada, el tratamiento de la hipertensión, el colesterol elevado y otros factores de riesgo sería el mejor enfoque para reducir la incidencia de muerte y enfermedades asociadas con el corazón.

Fuente: Reuters.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

OMEGA 3 Y 6

Mucho se habla de los ácidos grasos omega-3 y 6 y de sus beneficios en el organismo. Pero realmente, ¿de qué trastornos nos protegen?, ¿Con qué frecuencia debemos consumirlos?

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PESCADOS। Uno de los grupos de alimentos fuente de estos ácidos grasos।


MAS INFORMACION
Los ácidos grasos omega-3, junto con los omega-6 son grasas esenciales para el cuerpo humano। Es decir, se necesita de su incorporación con los alimentos para un normal desarrollo del organismo.¿Cuáles son los beneficios de estos ácidos grasos?En los niños las grasas esenciales contribuyen a controlar el síndrome de atención dispersa, logrando mayor concentración, contribuyendo a cumplir una actividad sistemática, a aceptar las reglas de disciplina y a mantener un adecuado rendimiento académico, ya que son imprescindibles para el normal funcionamiento de la parte del cerebro que coordina las funciones de memoria y razonamiento. Este síndrome es muy común en los niños, que llega a afectar a un 50%, pudiendo persistir en la adolescencia y en plena edad adulta. Otro beneficio del omega-3 se encuentra relacionado con el sistema inmune. Se ha demostrado que tiene una función reguladora de la síntesis de sustancias que causan trastornos como fiebre, dolor, hinchazón e irritación. También se lo relaciona con el proceso de envejecimiento. Una dieta rica en omega-3 contribuye a una buena salud mental en personas de la tercera edad, al actuar como un antiinflamatorio natural; siendo estos ácidos grasos un componenete favorable en el tratamiento del mal de Alzheimer y de la artritis.El omega-3 posee un efecto inhibitorio de la trombosis en las arterias, por el cual hace más fluída la sangre, evitando problemas cardiovasculares. El omega-6, en cambio, reduce los niveles de colesterol LDL (malo), pero también los del HDL (bueno), por lo que debe coexistir una buena relación en la ingesta entre los ácidos grasos omega 3 y 6 de manera que produzcan un efecto favorable en la salud humana.El omega-3 es importante para la visión, porque permite al cerebro captar más rápidamente las imágenes que el sujeto está observando. ¿Dónde encontramos ácidos grasos omega-3 y 6?El omega-3 se encuentra en aceite de soja, en frutas secas (nueces, almendras, avellanas) y en peces de aguas profundas, en cantidad decreciente en caballa, arenque, salmón, sardina, atún y anchoa. Los productos enlatados también los contienen. Los peces como bonito, dorado, surubí, merluza, lenguado, pejerrey, corvina, trucha, también cuentan con omega-3, pero en una cantidad considerablemente menor. Es muy importante incorporar estos alimentos 2 veces por semana, principalmente en los niños, enseñándoles los beneficios que ellos poseen, para lograr mayor aceptación. El omega-6 se encuentra en cereales integrales, frutas secas, semillas de girasol, maní, legumbres, pollo, cerdo, aceites de maíz, girasol, uva y cártamo, mayonesa y margarinas.Podemos prevenir muchas enfermedades con una alimentación variada y equilibrada. Y además es de vital importancia incorporar todos los nutrientes, principalmente en los niños, ya que los necesitan por estar en pleno crecimiento y desarrollo.

martes, 9 de diciembre de 2008

La obesidad daña al hígado

Mientras que hace unos años el abuso del alcohol era la principal causa de la degeneración de este órgano, ahora la obesidad es el nuevo motor del daño hepático, con graves consecuencias para el organismo

"¿Acaso hay algún hígado que no lo sea?" Ésta es la pregunta que formulan muchos afectados del hígado graso, una enfermedad crónica asociada a la grasa, en el mismo instante en que el especialista se lo comunica. En efecto, el hígado de los humanos, al igual que el 'foie gras' (hígado graso en francés) de patos y ocas, es una de las partes más grasas del cuerpo. Sin embargo, en el caso de las personas esta denominación se refiere a una enfermedad hepática relacionada con elevados niveles de grasa en las células de este órgano.

En España se calcula que entre 3,5 y 4,5 millones de personas padecen las consecuencias del hígado graso y entre 800.000 y 1.200.000 sufren la esteatohepatitis (un mal caracterizado no sólo por la acumulación de material graso en los hepatocitos o células hepáticas, sino por la inflamación del hígado), números éstos equivalentes al número de afectados por el virus de la hepatitis C y al de personas con daño hepático por consumo masivo de alcohol. A pesar de que la esteatohepatitis es una enfermedad leve, en el 5% de los casos puede evolucionar a formas más graves, como cirrosis -algunas estimaciones sitúan en un 2% el porcentaje de la población española adulta que padece cirrosis- y cáncer de hígado, según datos aportados por la Unidad de Hepatología en la Clínica Universitaria de Navarra (CUN), la cirrosis afecta a un 5% de la población.

La obesidad, la causa principal

La causa más determinante del hígado graso es la obesidad, por detrás del alcohol, que hasta hace poco era la principal fuente de daño hepático. Y aunque se desconoce el tiempo necesario que debe transcurrir hasta que el hígado llegue a ser graso, se tiene constancia de que las personas que engordan en muy poco tiempo pueden desarrollarlo con rapidez. No obstante, el abuso del alcohol y ciertas enfermedades metabólicas también son factores determinantes que contribuyen al origen de este mal.

En EE.UU. la obesidad se ha convertido en la primera causa de trasplantes hepáticos en niños

Por otro lado, es habitual que el hígado graso se diagnostique en aquellas personas que sufren el síndrome metabólico, una combinación de varios factores de riesgo cardiovasculares, como son la obesidad, la diabetes, la hipertensión arterial y la dislipemia. En ellos, la prevalencia de esta patología es mucho mayor, con proporciones que, según distintos autores, van del 20 al 30% de las personas obesas, del 10% al 75% en diabéticos y del 20% al 92% de los que sufren hiperlipidemia (exceso de grasa o lípidos en sangre).

Diagnóstico

Aunque pocas personas afectadas por hígado graso se quejan de dolor (de leve a moderado) en la zona correspondiente al hígado -hipocondrio derecho- menos aún son las que sufren síntomas de insuficiencia hepática. Por este motivo, se llega al diagnóstico después de haberse realizado un análisis de sangre rutinario, siempre que se detecte en los valores de los marcadores hepáticos -las transaminasas- una alteración, o bien después de una imagen sospechosa en una ecografía abdominal. Sin embargo, el diagnóstico certero de hígado graso se fundamenta en la biopsia hepática; si se da una elevación de las transaminasas, el órgano en cuestión está inflamado y si el facultativo cuenta con indicios de que, además, el paciente pueda tener grasa en el hígado, se le practicará una ecografía abdominal y después, si es preciso, la biopsia.

Tras analizar estas pruebas, el pronóstico del paciente es favorable si se comprueba que, en efecto, tiene el hígado graso pero no se aprecia un proceso inflamatorio porque no hay una alteración en las transaminasas. Pero si se dan los dos estados, grasa e inflamación (esteatohepatitis), el paciente deberá seguir los controles y recomendaciones prescritas por el especialista para evitar que el mal evolucione hacia formas más severas, aunque la mayoría de personas con hígado graso no desarrollan consecuencias graves.

Bajar de peso, el mejor tratamiento

La detección exclusiva del hígado graso puro no exige un tratamiento determinado, aunque no hay consenso científico que indique que no pueda evolucionar hacia formas más graves de la enfermedad. Por esta razón, es preferible prevenirlo y que cada paciente introduzca los cambios pertinentes en su dieta para perder peso, bajo control médico siempre que sea posible.

No es una "mala dieta" en sí lo que produce el hígado graso, sino un peso excesivo. Por ello, no es necesario seguir una dieta especial para esta enfermedad, sino hacer régimen para alcanzar el peso ideal. Los alimentos no causan daño, el daño lo crea la obesidad. Tampoco hay alimentos prohibidos para el hígado, como el chocolate o las comidas ricas en grasas, tan asociadas a malas digestiones. La única prohibición para controlar este mal es evitar el consumo de alcohol.

En cuanto a la esteatohepatitis, su tratamiento admite dos modalidades. La más importante es evitar la obesidad y el sobrepeso y aumentar la actividad física. Además, en pacientes diabéticos se ha comprobado que, si se controla la enfermedad, se constata una mejora de la esteatohepatitis.

Por otro lado, en los últimos años han comenzado a comercializarse algunos fármacos para controlar los factores de riesgo asociados al hígado graso, aunque no son tratamientos eficaces de forma universal y se recetan a cada paciente de forma individualizada. En algunas ocasiones son útiles los antidiabéticos, ya que la resistencia a la insulina es un factor que favorece la acumulación de grasa en el hígado, por lo que el uso de fármacos para mejorar la sensibilidad a la insulina se entiende como un tratamiento eficaz. En otras, sin embargo, se opta por recomendar medicamentos para las grasas e incluso hay casos en los que se recetan fármacos hepatoprotectores.

Menores afectados

Como en los adultos, en los niños este problema hepático es asintomático, de ahí que los padres no puedan detectarlo. El pediatra, sin embargo, puede diagnosticar el mal del hígado graso mediante la palpación primero y con ecografías abdominales después. No obstante, son muchas las ocasiones en que estas pruebas no aportan toda la información necesaria para el diagnóstico, de ahí que se completen con análisis de sangre para comprobar si los valores de las transaminsasas son elevados. Desde 2007 está disponible un nuevo método no invasivo, el "test de la metacetina marcada con isótopo estable carbono 13", impulsado por Ramón Tormo, responsable de Gastroenterología Pediátrica del Hospital Quirón, en Barcelona.

Se trata de un test que se aplica a niños con un índice de masa corporal elevado (IMC). Para realizar la prueba sólo deben soplar dentro de unas bolsas, cada 10 minutos durante la primera hora, y cada 20 minutos durante la segunda. El objetivo es analizar, después, la metabolización de la metacetina y, según sus valores, establecer si se padece esta enfermedad. Además se determina el estado en el que se encuentra, ya sea el inicio o si evoluciona a hepatitis o hepatonecrosis, las formas más graves. Otras investigaciones optan por medir la cintura de los niños. Un estudio liderado por el equipo de Valerio Nobili, del Departamento de Hepatogastroenterología y Nutrición del Hospital 'Bambino Gesú', de Roma (Italia), ha demostrado que la medida de la cintura de los niños obesos -más que la obesidad generalizada- se correlaciona con la presencia de fibrosis en su hígado y que este criterio es útil para seleccionar a aquellos que precisan un estudio más a fondo de este órgano.

A pesar de que en los niños el hígado graso se debe sobre todo a la obesidad y, en algún caso, a enfermedades metabólicas, también se dan casos de menores que no padecen obesidad y cuyo hígado, sin embargo, evoluciona a graso. Las cifras de las autoridades sanitarias muestran que un 30% de los niños españoles son obesos, por lo que buena parte de ellos pueden sufrir de hígado graso. Si no se pone freno a esta epidemia, que también se extiende entre los más pequeños, España se podría encontrar con una situación similar a la de EE.UU., donde la obesidad se ha convertido en la causa más importante de trasplante hepático en niños. Anta esta amenaza, una dieta equilibrada y la vitamina E protegen frente al desarrollo del hígado graso. En los niños, al igual que en los adultos, adelgazar es el mejor tratamiento para revertirlo. Ahora bien, si de nuevo aumentan de peso, el problema puede volver a reproducirse.

De ahí que los nutricionistas recomienden en estas fiestas navideñas sustituir los entrantes y primeros platos más pesados y grasos -tradicionales en distintas comunidades como los fiambres, el cocido y los canelones- por otros más ligeros, como cóctel de gambas, gulas, langostinos o espárragos. En cuanto a los segundos platos, alimentos como el pavo relleno, cordero y otras carnes se pueden reemplazar por pescados nobles como la lubina, el rodaballo o la dorada. El control dietético no deja fuera a los postres, de ahí que se invite a dejar a un lado los turrones, polvorones, mazapanes o barquillos, a cambio de tomar piña natural y macedonia de frutas.

Consejos para la población general

  1.  Evitar el sobrepeso y la obesidad para prevenir dañar el hígado y el corazón, entre otros órganos.
  2.  Aunque no se detecten síntomas, someterse a pruebas hepáticas al menos una vez en la vida.
  3.  Valorar las alteraciones en los resultados de estas analíticas, no catalogarlas como banales, y someterse a otras exploraciones, como la ecografía, para averiguar la causa de tales cambios.
  4.  Si la ecografía desvela la existencia de hígado graso sin inflamación, no hay que alarmarse. Pero si existe inflamación, debe someterse a un tratamiento médico.

Fuente: Unidad de Hepatología de la CUN

viernes, 5 de diciembre de 2008

autor

fuente de     www.consumer.com

Las falsas vitaminas

Son sustancias con características propias de las vitaminas pero que no cumplen con los criterios de su definición

Vitamina F, coenzima Q10, colina e inositol se conocen en el ámbito de la nutrición como falsas vitaminas o vitaminoides. Todas actúan de una forma concreta en el organismo, pero no se pueden denominar vitaminas ya que no cumplen con los criterios necesarios para poder englobarse como tales nutrientes. En el caso de la vitamina F, la razón es que no se trata de una vitamina sino de ácidos grasos esenciales, y en el resto de compuestos porque los produce el propio cuerpo, lo que significa que no son esenciales, algo que sí ocurre con las auténticas vitaminas.

  • 2 de diciembre de 2008
- Imagen: Cristian Antohe -

Con esta confusa denominación, vitamina F, también se conoce a los ácidos grasos esenciales: nutrientes que el organismo no puede formar y que, por tanto, es necesario aportar a través de los alimentos. Los ácidos grasos que constituyen la vitamina F son los poliinsaturados, en los que se distinguen los ácidos grasos omega-3 y omega-6. La serieomega 6 está formada por los ácidos linoleico y araquidónico, incluidos en los aceites vegetales vírgenes, las pipas de girasol y los frutos secos. También forma parte de esta serie el ácido gamma-linolénico, que contienen el aceite de onagra y de borraja. La serie omega 3 la conforman los ácidos grasos alfa-linolénico, eicosapentaónico (EPA) y docosahexaenóico (DHA), que abundan en la grasa de los pescados azules.

Colina e inositol

La colina es muy similar en cuanto a sus características a las vitaminas del grupo B. Sin embargo, no cumple con todos los criterios de su definición ya que no es esencial. Se forma en el organismo, por lo que los alimentos no son el único modo de obtenerla. Se sintetiza en el hígado y juega un papel importante en el metabolismo de las grasas al ser componente de la lecitina(fosfatidilcolina) y en la transmisión del impulso nervioso al formar parte del neurotransmisor acetilcolina.

En humanos se han detectado carencias de colina que se asocian a hipertensión y a pérdida de memoria, entre otras dolencias. Los expertos han establecido la recomendación para adultos de una ingesta diaria de 550 y 425 miligramos de colina al día en hombres y mujeres respectivamente, y cantidades aún mayores durante el embarazo. Un huevo grande contiene más de la mitad de la cantidad diaria recomendada de colina. Otros alimentos ricos en colina, además del huevo, son el hígado, la soja, la carne, la leche y los cacahuetes.

El inositol forma parte de los tejidos de todos los seres vivos. En los animales se encuentra en los fosfolípidos (grasas que contienen fósforo y que forman parte de nuestras células). En los vegetales, su estructura está relacionada con la del ácido fítico, sustancia que es capaz de formar complejos con el calcio, el hierro y el cinc, limitando su absorción por el organismo y que se encuentra en la cubierta de los granos de cereales. Los alimentos que contienen inositol en cantidades destacadas son las frutas, las verduras, los cereales, las legumbres, las nueces y algunos órganos animales como hígado y corazón.

Ambos vitaminoides se producen en el cuerpo en cantidad suficiente para cubrir sus demandas, por lo que no resultaría necesaria la ingesta de suplementos de estas sustancias. En cualquier caso, ha de ser el especialista quien decida si es necesaria o no la toma de estos o de cualquier otro tipo de suplementos y su dosis.

Coenzima Q10

También se conoce como ubiquinona, nombre derivado de la palabra latina "ubiquetat", que da a entender su cualidad de "ubicuidad", de ser omnipresente. Por ello, la coenzima Q10 forma parte de todos los tejidos del organismo en diferentes proporciones. Los órganos que mayor cantidad de energía necesitan para poder trabajar, como el corazón y el hígado, son los que más coenzima Q10 contienen. Es un elemento imprescindible para la obtención de la energía y posee una importante acción antioxidante. Tanto es así que existe una gran similitud entre las propiedades antioxidantes de la vitamina E y las de la coenzima Q10.

El hecho de que el corazón sea uno de los órganos que más coenzima Q10 concentra explica el papel protector de este compuesto en trastornos coronarios. Por este motivo son muchas las investigaciones centradas en conocer a fondo este efecto protector. Los beneficios clínicos se deben principalmente a su capacidad para mejorar la producción de energía, actividad antioxidante y de nutrición de la membrana del tejido cardiaco dañada. Varios estudios demostraron que la coenzima Q podría ser útil en pacientes con trastornos coronarios ya que está presente en las lipoproteínas de baja densidad (LDL colesterol o colesterol malo) e inhibe su oxidación y depósito en las paredes arteriales, entre ellos el trabajo de investigación llevado a cabo por el Laboratorio de Investigación del Corazón del Medical Hospital and Research Centre en Moradabad (India). En esta investigación, los autores sugieren que la coenzima Q10 puede ayudar a regenerar la vitamina E, reconocida también por su capacidad antioxidante.

COENZIMA Q10 COMO COMPLEMENTO DIETÉTICO

- Imagen: Finizio -

Dada la relevancia de su papel preventivo de la salud del corazón, desde el Departamento de Enfermería de la Universidad del Sur de California en Los Ángeles (EE.UU.) desarrollaron una revisión exhaustiva de 30 años de investigación sobre el uso de la coenzima Q10 en la prevención y el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares. Los autores concluyen que puede ser interesante usar coenzima Q10 como complemento dietético al tratamiento convencional.

La deficiencia de coenzima Q10, por tanto, se ha observado en pacientes con insuficiencia cardiaca congestiva, angina de pecho, enfermedad de la arteria coronaria, miocardiopatía, hipertensión, entre otras dolencias cardiacas y coronarias. Entre los alimentos, se estima que contienen más cantidad de coenzima Q10 el pescado, los aceites de pescado, las nueces y las carnes.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Un aperitivo infantil ayuda a paliar el efecto de la bacteria causante de la gastritis crónica

Este avance se enmarca en un proyecto para crear alimentos funcionales con alta concentración en probióticos

  • 3 de diciembre de 2008

Investigadores del Instituto Universitario de Ingeniería de Alimentos para el Desarrollo de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) han elaborado un aperitivo infantil de manzana impregnado con zumo de mandarina y probióticos (microorganismos beneficiosos) capaz de paliar el efecto de la bacteria "Helicobacter pylori", causante de la gastritis crónica.

"H. pylori", que produce dolor estomacal, náuseas y vómitos, afecta en España al 25% de la población infantil, un porcentaje que aumenta hasta el 40% en los países en vías de desarrollo. Esta bacteria está además estrechamente vinculada con la úlcera de estómago y del duodeno.

La creación del citado aperitivo se ha conseguido en el marco de un proyecto de investigación dirigido a reducir los efectos de "H. pylori" en la población infantil y que consiste en el desarrollo de alimentos funcionalescon alta concentración en probióticos.

Los autores del estudio afirman que en el 95% de los casos de niños infectados por dicha bacteria que ingirieron esos aperitivos de manzana se observó un efecto beneficioso en su salud al tiempo que disminuía el grado de afección.

Los investigadores valencianos trabajan ahora en la creación de alimentos funcionales capaces de prevenir la obesidad infantil.



fuente   wwww. consumer.com